Este sistema, pionero en Andalucía, basa su razón de ser en el ADN. En este sentido, el Consistorio espartinero está preparando una ordenanza por la que todos los perros de la localidad tendrán que inscribirse en el censo canino existente. Esta inscripción se realizará en las clínicas veterinarias de la localidad, donde se tomará una muestra de sangre de cada perro que formará parte de una base de datos. A cada perro se le entregará una placa identificativa, con la que se sabrá que el animal está censado. El ayuntamiento abrirá un plazo de inscripción voluntaria en el censo, que se prevé llegue a los mil animales.

“Este sistema nos permitirá por un lado acabar con la suciedad originada por estos animales en las vías públicas y en los parques y, por otro, sanitariamente es muy importante acabar con este problema, ya que, eliminando las heces de los perros, protegemos a la población de posibles enfermedades de transmisión animal”, apunta la concejal de medio ambiente, Aurora Baena.